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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine de Nancy Meyers, como guionista e igualmente como directora, suele ser amable, sencillo, agradable y superficial tal es habitual en el género de la comedia, que es donde mejor se maneja.
Ben Whitaker es un viudo septuagenario que ante una jubilación que no es tan maravillosa como esperaba, se aburre en la soledad de su casa y suspira por volver a trabajar, y entra en una empresa de venta on line de ropa como becario senior, en la que todos los empleados son gente joven, que van de los 23 a los 40 años, entre ellos su emprendedora directora, Jules Ostin, casada y con una hija pequeña adorable.
Aunque sin estar al tanto de las nuevas tecnologías, Ben pronto se hará con la simpatía y la amistad de todos, aportando su experiencia a la empresa con sus ideas y consejos, a pesar de que su jefa al principio pasaba de él, pero terminará siéndole imprescindible, ayudándola a salir de sus problemas, forjándose una bonita relación entre ellos.
Una simpática comedia en torno al choque generacional que reflexiona sobre el contraste entre jóvenes y adultos, personas mayores que tienen mucho que enseñar aún a las nuevas generaciones, a pesar de que a veces los jóvenes posiblemente saben más, están sobrecualificados, pero les falta la experiencia de haber vivido, por aquello de que la veteranía es un grado.
Muestra también el contraste entre los nuevos y los viejos tiempos, que es como una metáfora, en una película correcta, no brillante, sobre el mundo laboral en el que el veterano aporta su experiencia, y trata también sobre la incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar y sus problemas con la casa, los hijos y el matrimonio a la que a veces le es difícil llevar adelante todas las tareas, laborales, domésticas y conyugales.
Hecha para el lucimiento de Robert de Niro, que está muy bien, más contenido que en otras ocasiones, posiblemente su mejor trabajo en los últimos años, que es como el ángel del cine de Frank Capra, y de Anne Hathaway, a la que ya la pudimos ver en otra comedia que bien podía ser el precedente de ésta, El diablo viste de Prada (2006), de David Frankel, en la que ella entraba de novata en una revista de moda y aquí ha llegado a ser la jefa.
Un film entretenido, amable, para pasarlo bien, con los problemas amorosos y de infidelidad en la vida conyugal de la protagonista, con una historia que no molesta y no desestima ni rebaja al espectador, en la que falla un poco el tercio final, que no sabe cómo terminarla, estando mejor la primera parte.
El guion es sencillo, bien escrito, con escenas cómicas y otras dramáticas, con personajes muy definidos, en el que asoma en algunas ocasiones aspectos sensibleros de buenos sentimientos en los que aflora la humanidad de los personajes con sus miserias y grandezas mientras otros son previsibles, con algún que otro bache en la realización que le hace perder un poco el ritmo y se hace reiterativo en determinadas situaciones, a la que le sobran varias escenas que la alargan innecesariamente.
Está rodada de forma automática, con una puesta en escena clásica, sin mucha personalidad como suele ser el cine de esta veterana realizadora.
Algunos de los temas que toca en esta nueva producción la ya veterana Nancy Meyers los había tratado en sus cintas anteriores, caso de 'Baby, tú vales mucho' (1987), ya que posiblemente sea la directora que más se ha preocupado por las vicisitudes de las mujeres.
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