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CRITICA
Por: PACO CASADO
Con problemas no sólo en la financiación y la prosproducción, también los tuvo en la distribución en España estrenándose con pocas copias y en determinadas ciudades casi de tapadillo.
A sus 79 años, cineastas como Brian de Palma ya no los respaldan las compañías de seguros y han de emigrar a Europa si quieren seguir haciendo cine.
Así el aclamado director de Carrie (1976), Los intocables de Eliot Ness (1987), o La dalia negra (2006), entre otros títulos, Brian de Palma, firma este thriller sobre terrorismo que llega a España con casi tres años retraso y con tibias críticas recibidas en los Estados Unidos.
Es el esperado regreso de Brian de Palma tras siete años de silencio cinematográfico, con este frenético thriller de venganza en el contexto del auge de una célula terrorista del ISIS en Europa, dirigida por Salah Al Din, donde el cineasta recorre medio continente rememorando los tiempos en los que filmaba Ojos de serpiente (1998) o Misión imposible (1996).
El policía danés Christian Toft se asocia con Alexandra Boe, una oficial de policía, para localizar a Ezra Tarzi, el hombre que intentó asesinar a Lars Hansen, su compañero y amigo, que durante mucho tiempo trabajaron juntos, al ir a arrestarlo tras cometer un crimen, quedando éste de momento en coma, al haberle cortado la garganta.
Lo que la pareja no sabe es que el individuo al que persiguen, lo ha dejado en libertad Joe Martin, uno de los agentes de la CIA, a cambio de trabajar en una secreta operación especial en la agencia que sigue el rastro de una célula terrorista islámica del ISIS en Europa, que pretende que cada atentado se vea directamente por televisión haciéndolo en espectáculos públicos como en este caso pueda ser una corrida de toros o la alfombra roja de un festival de cine, inmolándose por Alá quien lo lleva a cabo, sea hombre o mujer.
Para tenerlo seguro la CIA ha retenido a su familia.
El film va de policías que quieren hacer justicia dando con el asesino de un compañero, pero no pasa de discreto, a pesar de que se nota que tiene detrás a un gran director, venido a menos, y con un presupuesto bastante ajustado, a pesar de intervenir siete países en su producción.
Está filmado con la eficacia de un realizador veterano curtido en mil batallas que cuenta esta historia de la manera más cinematográfica posible, pero aún le quedan reminiscencias de la imitación de Alfred Hitchcock, como ocurre aquí en la escena del tejado que recuerda a Vértigo (1958).
El guion, escrito por el noruego Petter Skavlan, termina siendo un confuso thriller terrorista que se hace un poco complicado en algunos momentos en las pesquisas que llevan a cabo ambos organismos policiales en clara competencia al realizar sus respectivas misiones que en este caso son coincidentes en el mismo objetivo.
A lo largo de la trama vamos a ir conociendo algo más acerca a esta pareja de policías que también guarda algún que otro secreto.
El James Lannister de Juego de tronos, encarnado por el danés Nikolaj Coster-Waldau, presta vida a Christian, este policía que en unión de la actriz holandesa Carice van Houten, que interpreta a Alex, su compañera, en esta misión que los lleva desde Copenhague hasta Almería, pasando por Bélgica, en la persecución de este peligroso asesino que interpreta el francés Ériq Ebouaney.
Pino Donagio vuelve a ponerle música a una cinta de Brian de Palma, el veterano director que es toda una leyenda del cine norteamericano, tras haberlo hecho anteriormente en algunos de sus títulos como Carrie (1976), Vestida para matar (1980) y Doble cuerpo (1984).
Cuenta además en la fotografía con el español José Luis Alcaine.
Posiblemente en el resultado final haya tenido que ver los recortes de guion y de presupuesto, los problemas con los productores y el montaje final con el que De Palma no está de acuerdo.
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